Todos sabemos reconocer un vehículo fúnebre; su estructura, las coronas de flores que acompañan al ataúd… es más que reconocible, ya que gracias a el podemos transportar los restos mortales de la persona fallecida hacia su último destino.
En muchas culturas, el uso de este tipo de vehículos es algo común e incluso en algunas ocasiones excepcionales van escoltados por policía o militares. Pero, ¿sabes cual fue el origen de los vehículos funerarios?
Los primeros, tirados por caballos se utilizaron durante el s.XVI en Inglaterra, aunque también existen datos que los sitúa en América a finales del XVII. Su creador fue George Shillibeer, quién creo su propia marca la cual se popularizó tras su aparición causada tras las distancias existentes entre las casas y la iglesia, en las cuales se enterraban a los fallecidos.
Durante esta esta misma época, se popularizó el uso de plumas de avestruz como decoración de estos carros fúnebres. ¿Sabias que existía diferencias según el fallecido?