Nuestra vida ha sufrido una gran revolución a causa de internet y las redes sociales. Gran parte de nuestra vida son recuerdos formados por códigos de 0 y 1 en un espacio virtual que sobrevive a nuestro recuerdo, pero ¿Qué podemos hacer con toda la información personal de un difunto colgada en la red de redes?
La defunción de un ser querido nos puede generar la duda de que ocurre con esa información, porque todos esos datos siguen ahí, en el limbo, sin ser de nadie. Ante esta nueva situación, muchas empresas han comenzado a generar respuestas para impedir que esa información desaparezca o acabe en las manos de desconocidos.
El testamento digital existe y a diferencia de un testamento normal, este permite a los usuarios decidir qué hacer con los datos colgados en las cuentas de google. La persona que recibe la potestad informativa del fallecido puede eliminar los datos personales una vez haya pasado un periodo de inactividad marcado en el testamento. Este testamento online lo creo google para sus diferentes servicios, desde google drive pasando por Blogger, Gmail e incluso Picassa.
No obstante, las grandes multinacionales de internet han sido lentos en dar una solución para defunciones, siendo otras empresas las que han dado una respuesta a qué hacer ante la defunción de una persona con todos sus datos y archivos digitales. Un gran número de personas han hecho testamentos digitales en el que dejan marcado que hacer una vez haya fallecido la persona con sus cuentas e información publicada en internet. Personas que padecen de alzhéimer suelen hacerlo, con ello, buscan proteger la información delicada del cliente antes de que esta fallezca por completo.