Aunque parezca mentira, la “moda” o tendencias ocupan lugar en todo tipo de sectores, y el de la parte funeraria también tiene su cabida. En este caso hacemos referencia a los ataúdes o féretros que cuentan con diversos modelos y tamaños entre los que escoger según el gusto y necesidades del cliente.
Las modas imponen muchas veces las normas pero en este sector, lo más común es marcar el objetivo en tres tipos de féretros:
El más común suele ser el féretro de madera u otro conglomerado biodegradable. Estos son utilizados desde la recogida, donde se deposita el cuerpo en el lugar de fallecimiento hasta el punto de enterramiento o incineración, según los deseos del difunto o familia. Estos féretros están hechos de una pieza o varias muy unidas e internamente cuentan con acolchamiento y están forrados.
Los féretros especiales ofrecen mayor seguridad en su traslado cuando se trata de grandes distancias, los cuales están hechos con dos cajas.
El tercer caso vienen a ser los ataúdes, que son más estrechos en la parte de los pies en forma de hexágono y compuestos especialmente de madera de pino.
Colores y materiales marcan también aquí tendencia en lo que respecta a los féretros para poder encontrar el “reposo” deseado para nuestro difunto.