La palabra surge del griego: tanato, que significa muerte, y estética, que es lo que vemos externamente de aquello que tenemos en frente. Esto se aplica al ámbito funerario, pues la tanatoestética o tanatopraxia consiste en una práctica de conservación de los difuntos a través de cuidados y maquillaje. Todo ello con la finalidad de disminuir el impacto que produce en otras personas el tener delante a un fallecido.
La tanatoestética se remonta muchos siglos atrás, pues existen registros del antiguo Egipto, de Roma o de Grecia donde ya se practicaba este culto a los muertos. En la actualidad, tiene un papel muy importante y es uno de los servicios con los que contamos en nuestra funeraria Collyfer.
Este cuidado especial se realiza para mitigar el dolor de la familia, que querrá ver a su ser querido, y de todos sus allegados, pues preferirán verlo con un aspecto similar al que tenía en vida pero “como si estuviera dormido”.
Se practica especialmente para disimular las secuelas físicas que haya podido provocar el fallecimiento y también para ocultar muchos otros signos o síntomas anteriores a la muerte, como es el caso de un fallecido a causa de una enfermedad o aquellos que lo hacen en trágicos y traumáticos accidentes. De esta forma, nos ofrecen una mejor impresión para esta última despedida.