¿Te ha pasado el sentirte molesto cuando percibimos que alguien está excesivamente inquieto o actúa de una manera poco convencional al recibir una mala noticia, llegando incluso a reír de forma nerviosa?
La risa nerviosa es una respuesta natural del cuerpo para liberar la tensión que se acumula en nuestro interior cuando sentimos dolor o miedo. Por lo tanto, actúa como reguladora de emociones, para protegemos de forma naturalmente opuesta a lo establecido con el objetivo de amortiguar y armonizar nuestro bienestar emocional.
¿En qué se parecen la risa y el llanto?
A pesar de ser emociones conceptualmente contrapuestas, la risa y el llanto guardan ciertas similitudes a nivel físico.
Es habitual vivir una situación en la que empezamos llorando y terminamos riendo, o viceversa. Este momento viene dado porque el cuerpo moviliza los mismos recursos para reír que para llorar. Es por ello que cuando la risa es extrema, el cuerpo vuelve a la normalidad y el corazón se desacelera a través del llanto; de igual modo cuando la pena nos bloquea por dentro, podemos entender que la risa nerviosa o forzada nos ayuda a liberar parte de esa tensión para regular nuestro bienestar emocional.
Como hemos comentado en más de una ocasión, el duelo es un proceso individual y único en cada persona y en cada pérdida. Por lo que a la hora de realizar un adecuado apoyo al duelo, es importante tener en cuenta que la intensidad de estas emociones podría derivar en una respuesta opuesta por parte del doliente, para entender por qué algunas reacciones que percibimos como “inapropiadas”, la risa nerviosa o risa temerosa en este caso, son tan habituales como funcionales, en algunos casos.