¿Has oído hablar de cementerios naturales? En ellos se practican funerales que se consideran ambientalmente responsables, es decir, se trata de espacios basados en el precepto de “tierra a la tierra” apoyandose en la idea de que los cuerpos de las personas fallecidas deben descomponerse en ella de forma natural para ayudar a la fertilización de nuevas vidas.
Este tipo de espacios son una forma de marcharse en paz y mimetizarse con la naturaleza
Fundamentos en los que se basa un cementerio natural
– Los restos mortales no deben estar embalsamados. El cuerpo humano es 100 % biodegradable, por lo que la descomposición es la forma en la que la naturaleza “recicla” un cuerpo, de ahí que no se incluyan aspectos como el embalsamado, dado que de estes modo podría perderse el carácter natural de la descomposición.
– La zona del entierro se restaura para una mejor conservación. Meses después del entierro se vuelve a la zona para restaurar la superficie con plantas autóctonas. Incluso, se diseña el cementerio con caminos y bancos para que los familiares puedan recordar a sus seres queridos, pero sin perder el conjunto natural del paisaje.
– El espacio natural como el mejor monumento. En estos espacios no existen los monumentos clásicos de recuerdo a las personas sino que el mejor recuerdo se asocia con el espacio natural en su conjunto, así como con su belleza y la biodiversidad.
– Optimización del uso de la tierra. Estos cementerios son planificados para hacer un uso óptimo de la tierra y sus recursos, por lo que los elementos de diseño son mínimos en estos espacios. De esta manera se consigue que un cementerio natural pueda congregar más entierros en una misma zona en comparación con un cementerio convencional.