Sabemos lo difícil que puede llegar a ser despedirse de un ser querido en el momento de su pérdida. Y como un resorte completamente orgánico y natural nos aferramos humanamente a querer conservar parte de sus memorias y recuerdos para siempre.
Por lo tanto, es habitual encontrarnos con la duda sobre qué hacer cuando nuestros seres queridos son incinerados y dónde trasladar o guardar las cenizas. Desde Collyfer vamos a tratar sobre dos elementos acordes para tal fin: las urnas y los relicarios.
¿Qué es un relicario?
Se denomina de este modo a la caja o estuche donde se guardan las cenizas de los difuntos para conservarlos como una reliquia, es decir, como un recuerdo valioso, como los relicarios para cenizas de metal.
Puedes encontrarlos en diversos materiales y estilos, entre ellos de plata, oro, madera, entre otros.
Mientras que una cineraria (o urna de cenizas), es un accesorio en forma de vaso cerrado que puede ser fabricado en diferentes materiales como cerámica, piedra, bronce, mármol, alabastro o vidrio, donde su principal utilidad corresponde a recoger las cenizas después de la cremación del difunto por parte de los parientes.
Principales diferencias existentes entre urnas y relicarios