Con tan solo un solo día de diferencia es bastante normal que en nuestro país se pueda confundir el Día de Todos los Santos con el Día de los Fieles Difuntos y ni que decir tiene mezclarlo con el Día de Muertos o cualquier festividad relacionado con Halloween. Por ello desde Collyfer vamos a desgranar sus principales diferencias:
Día de Todos los Santos. Es una celebración mayormente cristiana, celebrada como festivo nacional en nuestro país y en muchos otros históricamente cristianos. En ella se conmemora a Todos los Santos que están en el cielo, aquellos que fueron canonizados y los que “no” (aquellos que no tienen una fiesta concreta en el año). Tradicionalmente se engalana los cementerios, donde la flor favorita y predominante suelen ser los crisantemos por su vinculación con la eternidad.
Día de Fieles y Difuntos. La fiesta de los difuntos valga la redundancia está enfocada al rezo por los difuntos. Aquellos cristianos bautizados, que se cree están en el purgatorio debido a sus culpas y pecados menores, son ayudados a limpiar su alma a través de las oraciones de los fieles en la tierra. Representa una forma de pedir indulgencia por aquellos que se fueron sin poder hacerlo. Hablamos de misas en su recuerdo y que diferentes personas se junten para rezar el rosario por todos ellos.
Día de Muertos. Esta celebración tradicional mexicana representa una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los indígenas del país. Se celebra durante los días 1 y 2 de noviembre y tiene cierta vinculación con las festividades anteriormente citadas.