Solemos sacrificar el presente por preparar el futuro. Esta es la razón principal que nos lleva a darnos cuenta de que estamos desperdiciando la vida. Sucumbimos a pensamientos como: “por si acaso” o “es lo que tengo que hacer si quiero que en un futuro…”. Normalmente no nos replanteamos estas cuestiones hasta que es demasiado tarde. Entonces dejamos un caos absoluto que tenemos que arreglar.
Bronnie Ware, una enfermera que se dedicaba a cuidar de enfermos terminales hizo algo asombroso. Nos desveló de manera inédita cuáles eran los 5 pensamientos, reflexiones o lamentos más comunes antes de morir.
1. “Ojalá hubiera tenido el valor para vivir fiel a mí mismo, no a lo que esperaban de mí”. La gran mayoría de nosotros tiene una lista enorme de sueños incumplidos, inalcanzables o que damos por perdidos. ¿Esto es realmente necesario o podemos cambiarlo? La respuesta es simple.
2. “Me hubiera gustado no haber trabajado tanto” Esto nos indica que es hora de simplificar el modo de vida y ser felices con lo que tenemos. Este cambio nos ayudará a no tener que lamentarnos por esto en el lecho de muerte.
3. “Ojalá hubiera tenido el valor para expresar mis sentimientos y pensamientos”
¿Cuántas cosas perdemos por el miedo a perder? ¿Cuántas palabras no nos salen de la boca por miedo, por orgullo o por exceso de prudencia? No es responsable ni adecuado guardar dentro de nosotros los sentimientos que nacen para ser experimentados.
4. “Me hubiera gustado seguir en contacto con mis amigos”
5. “Me hubiera gustado haber cultivado la felicidad” En los instantes previos a la muerte, la gente se da cuenta. La clave estaba en haber tomado decisiones complicadas que les hubiesen hecho vivir de manera más plena.