Las creencias religiosas están cambiando poco a poco. El sector funerario ha cambiado desde hace unos años. Aunque todavía existe la costumbre de velar, entregar flores o acompañar a la familia en estos momentos de dolor, las nuevas creencias religiosas han modificado el sector.
Si en el año 2007 los entierros laicos formaban el 20% de los entierros en nuestro país, en el año 2015 han alcanzado el 30% y se espera que continúe aumentando hasta alcanzar la media europea del 40%.
Este crecimiento gradual se debe a que la mayoría de los difuntos son personas mayores con una creencia religiosa arraigada que sus familiares respetan, además, personas de otras religiones son demasiado jóvenes y, aunque en algunos casos solicitan un traslado a su país de origen, muchos comienzan a solicitar espacios donde poder enterrar a sus difuntos según su creencia religiosa.
Sea como fuere, el fallecimiento de una persona especial es un momento de dolor que debemos pensar que va a ocurrir y no dejar nada al vuelo, contratando un seguro en que se queden estipuladas las últimas voluntades e impedir cualquier contratiempo para la familia.