La fotocerámica, también conocida comúnmente como fotonicho, es en la actualidad uno de los servicios más solicitados cuando fallece un ser querido, ya que ayuda a recordarlo viendo su imagen añadiendo, además, recuerdos de su vida o los que te han unido a esa persona.
La tecnología permite también en la actualidad incorporar un código QR, para que los familiares o amigos añadan más imágenes con recuerdos más especiales, vídeos, notas de voz, textos e incluso despedidas virtuales.
Entre sus ventajas se encuentra una mayor conservación gracias al doble barniz donde la pintura de la fotocerámica resistirá a las condiciones climáticas y el paso del tiempo que podrían perjudicarlo, evitando que se borre, se raye o se decolore.
¿Conoces el origen de la fotocerámica?
Debemos situar su origen con el nacimiento de la fotografía en la cámara oscura, la cual permitía realizar una proyección plana de una imagen exterior sobre la zona interior de la superficie. Con el paso del tiempo, se pasaron a las imágenes con luz, conocidas como las analógicas.
El francés Daguerre y sus técnicas fotográficas para captar imágenes de una mayor resolución ayudaron a conseguir los primeros negativos, desde entonces, la fotografía ha ido evolucionando a lo largo de los años.
Pero no fue hasta el 1851, con Lafon de Camarsac cuando por primera vez se probó la impresión de cerámica en fotos que fue perfeccionando hasta que en 1868 lanzó al mercado la reproducción de retratos sobre porcelana, fue entonces cuando nació lo que conocemos hoy en día como fotocerámica.