En estas fechas navideñas donde todos hacemos balance del año, es cuando más nos acordamos y echamos en falta a aquellos que no están. Y es que las cenas familiares, fiestas, y el resto de vivencias propias de estas festividades este tipo de ausencias aún se notan más. De ahí este síndrome que vamos a desmenuzar, el síndrome de la silla vacía.
El síndrome de la silla vacía describe aquel sentimiento que duelo, de pérdida que se genera o se percibe ante una ausencia muy notable y significativa, y esta normalmente tiende a cobrar una intensidad mayor ante un ambiente festivo o alegre, una festividad o fecha que marca una reunión familiar.
La silla vacía, es el testigo silencioso de ese hueco, de esa ausencia que evidencia el malestar, la tristeza que se atraviesa a lo largo del proceso de duelo ante la muerte de un ser querido. Y es que estamos acostumbrados a esa persona, a su presencia y en eventos como las Navidades, se hace excesivamente duro no tenerla entre nosotros.
El llanto, la rabia o la melancolía no dejan de ser parte del proceso de curación de la herida. No presiones a tu mente
En Collyfer queremos reconfortante y arroparte en los momentos más difíciles.