Perder a un ser querido es una situación muy difícil; todos los recuerdos, pensamientos y emociones que envuelven este momento hacen que la vida sea más complicada y dura. Aunque la muerte sea una constante, la pérdida de nuestros seres queridos siempre será un punto muy amargo que debemos afrontar.
Sin importar en qué fase te puedes encontrar en el luto, existen recomendaciones que podrían ayudarte a sobrellevar este momento difícil, por ello desde Collyfer queremos recordarte que superar una muerte de un ser querido no significa que lo vas a olvidar, sino que es importante la aceptación de esta situación y no simplemente enfocarnos en olvidar.
Rutina de sueño. La acumulación de estrés y ansiedad, junto a todos estos sentimientos y recuerdos que nos atacan directamente, podrían afectar nuestra rutina de sueño, complicando un poco más nuestro día a día. Entonces ¿cuál es el mejor consejo para esta situación? Establecer una rutina diaria que reafirme positivamente tu sueño. Esto se logra levantándose y acostándose a la misma hora para así formar un hábito positivo.
Dieta saludable. Sabemos que podrías presentar altos niveles de ansiedad y que siempre quieras comer, pero para eso te recomendamos tener meriendas saludables como frutas. Evita completamente la comida chatarra y los excesos en cada comida. En el caso que no sientas nada de hambre, es importante que no te obligues a comer, pero si reconsidera que tu vida continúa y debes seguir usando la misma cantidad de energía. Recuerda también mantenerte hidratado.
Ejercicio.Este hábito es el ideal para complementar los anteriores. Es importante que recuerdes que el ejercicio te mantendrá activo y te brindará un extra de energía una vez que lo vuelvas parte de tu rutina. De hecho el ejercicio te ayudará a tener hambre y poder conciliar el sueño con menos problema, a su vez el ejercicio te mantendrá en forma y te ayudará a no perder interés en ti o en tu autoestima.
Pedir Ayuda. A veces pasa que no sabemos cómo controlar esto que sentimos: tantos pensamientos, recuerdos, posibles remordimientos, fuertes emociones. Por eso está bien pedir ayuda, hablar y desahogarse sobre lo que sentimos. Lo más saludable es dejar sacar todo esto de forma positiva. Acércate a tus amigos o seres queridos más cercanos y habla con ellos. En el caso que sea algo más serio, entonces date la oportunidad de visitar un psicólogo.