Indispensables en toda celebración católica o recientemente la habrás visto en su máximo esplendor en el Día de Todos los Santos. Las velas, son uno de los símbolos más arraigados a la tradición católica. ¿Quieres saber por qué? ¿De donde procede su uso? ¿Se debe a una superstición?
Las velas, desde el inicio de los tiempos ha ido hilada a un contexto de fe, es decir, como la luz de Dios, además de iluminar también los sepulcros de los mártires. En este sentido, podemos encontrar pruebas que muestran como ya en el año 200-300 se encendían velas o lámparas de aceite ante las tumbas de santos, reliquias sagradas y por supuesto mártires.
Por otro lado, y en este contexto, también podemos encontrar velas de vigilia. Si las mismas que habéis podido apreciar tradicionalmente en los campos santos una vez llega el día de Todos los Santos. Estas, simbolizan el anhelo de la persona de “estar frente al señor en sus oraciones” o también, a encomendarnos a las almas presentes en nuestras oraciones.
Es una forma de poder “ayudar” a descansar nuestra alma y la de nuestros seres queridos. La luz de las velas es ese tipo de recordatorio físico que guía a nuestra alma hacia Dios.